TRADICIÓN Y CALIDAD
CONTRA VIENTO Y MAREA

Nuestro origen hunde sus raíces en dos mares, Cantábrico y Mediterráneo. Una historia que comienza a finales del siglo XIX, cuando el nonno Salvatore Orlando puso por primera vez sus pies en las costas de Getaria, en Gipuzkoa, enviado por su padre desde su Sicilia natal. Fue uno de los pioneros italianos que introdujeron las técnicas de salazón milenarias en las costas cantábricas, donde aún no se conocían.

Del matrimonio de Salvatore con una vasca, Simona Olasagasti, nacieron seis hijos y diversas empresas, cuyos productos se distribuían ya entonces por Italia a través de empresas familiares establecidas allá. Hoy la empresa que fundaron Salvatore y Simona, continúa produciendo en su fábrica de Markina, Bizkaia, conservando una tradición centenaria con el apellido de Simona por bandera.

De esta interesante mezcla italo-cantábrica (o cantábrico-italiana) surgió la combinación perfecta entre una materia prima excelente y un saber hacer de siglos. Tras más de cien años, seguimos empeñados en mantener nuestra personalidad única, elaborando productos que son productazos, y aliñando lo mejor del Cantábrico con recetas tradicionales italianas, como la caponata o el pesto a la genovesa.

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